Thursday, January 25, 2007

Biorhythmen Schonhauser Alle WG:

Frank und Violetta
Koperliche Harmonie: 91,30%
Seelische Harmonie: 50,00%
Geistige Harmmonie: 87,88%
Intuitive Harmonie (beziehungsindikator): 42,11%
Gesamt-Durchschnitt: 67,82%

Violetta und Barbel
Koperliche Harmonie: 47,83%
Seelische Harmonie: 71,43%
Geistige Harmmonie: 63,64%
Intuitive Harmonie (beziehungsindikator): 89,47%
Gesamt-Durchschnitt: 68,09%

Barbel und Frank
Koperliche Harmonie: 56,52%
Seelische Harmonie: 78,57%
Geistige Harmmonie: 75,76 %
Intuitive Harmonie (beziehungsindikator): 31,58%
Gesamt-Durchschnitt: 60,61%

Monday, January 01, 2007

La noche nueva de Frank y Violeta

Esta es la historia ìntegra de una noche vieja y una noche nueva.
Mi plan era no tener ningùn plan y aceptar cada minuto como si llevarà esperàndolo toda mi vida. Aunque ahora me duele la cabeza y casi no puedo mirar al ordenador, escucho el rock and roll de Frank en la habitaciòn contigua y me hacen chiribitas los oidos.
Frank, mi companhero de piso, decidiò quedarse en casa y no hacer nada en noche vieja. Asì que le convencì para que hicieramos una cena juntos y despuès nos tomaramos las uvas.
Cocinamos bailando chachachà, rock y country unas verduras con aceitunas, leche de coco y jengibre y un pescadito frito. Hicimos hueco en el pasillo y pusimos una hermosa mesa con mantel, velas y platos de colores. Brindamos con una copa de vino francès y degustamos el manjar. Frank con un inglès perfecto y yo con uno inventado hablamos sobre nosotros y nuestra forma de mirar el mundo. Nos ibamos emocionando segùn se iban vaciando los platos... y los vasos.... en un crescendo perfecto y moderado hasta que nos llamaron al telèfono. Despuès nos pusimos guapos y salimos a comernos las uvas a casa de Paola. Al entrar me resulto extranho no encontrar a los habitantes autòctonos de esa casa... no conocìa ninguna cara... hasta que, al fondo de la cocina, me encontrè a Pao. Dimos abrazos y besos a cada unos de los desconocidos y a los pocos minutos subimos de expediciòn al tejado. Primero habìa que llegar a una maravillosa bohardilla, enorme, toda llena de vigas, suelo de madera y luz de cabanha que està abandonada a la suerte de las ratas. Desde ahì
subir por unas escaleritas de barras metàlicas que llevan a una puerta en el techo y.... voila!!! El Berlìn de los tejados! Ardiente y chispeante de fuegos artificiales. Es una ciudad diferente desde allì arriba... puedes caminar por toda la manzana, de casa en casa, entre las chimeneas y ver pasar el tranvìa amarillo como un gusano veloz. Reconocì un par de caras, Juan y Giovanna, tambien alucinados con el juego de colores y nerviosismo que invadìa la ciudad. Cogimos unas uvas y muy muy desincronizadamente nos comimos los frutos gritando nùmeros... casi aleatorios... haciendo honor a nuestra tradiciòn espanhola. Me di la vuelta y abracè fuerte a Pao, luego a Frank, luego a alguien que no veìa ni conocìa, y a otro que tampoco... despuès a Giovanna y a Juan. Justo en ese momento, creo que todos lo sentimos, Berlìn saltò tambien de alegrìa, con todos dentro, y gritò fuerte fuerte que estaba feliz. Fuè la parte de la partitura donde todos los instrumentos estàn al extremo del èxtasis, en un acorde de dominante apoteòsico con vibrato de flautines, redoble de timbales, trompetas estridentes y gravedad cero... Lo mejor estaba por venir, el nuevo anho... todo lo demàs... en definitiva... una partitura en blanco en la que nadie sabe quien va a tocar, que nos inventaremos segùn el momento y podremos matizar con pianisimos y valses... que poco a poco iràn dibujando un concierto hasta que de nuevo pase otro anho... Allì estabamos todos los mùsicos, sobre la terraza... y esos minutos que pasamos en lo alto de aquella casa eran ya suficientes para mi... ya podìa irme a la cama tranquila.

Pero siguieron sucediendo cosas... nos tomamos una taza de whisky todos juntos en la casa, y Frank y yo nos emborrachamos un poco. No nos fuimos con toda la pandilla que iba a una fiesta, decidimos ir a casa, coger una botella de vino y caminar. En casa no habìa botella de vino pero si una Barbel que nos miraba alucinada... que pena... al final no se vino con nosotros. Salimos de nuevo, compramos unas cervezas e interactuamos con Berlìn. Frank y yo nos abrazabamos felices de improvisar la noche. Conocimos a Lena, la acompanhamos hasta su casa, tambien a un grupo de iranianos que hablaban catalàn, saludamos a cientos de personas desconocidas... y para terminar, nos colamos en una fiesta que habìa en una casa. Los balcones abiertos, mùsica swin, cervezas en la terraza y gente feliz. Todas las puertas estaban abiertas, no nos resulto dificil llegar. Estuvimos un par de horas allì. Bailamos, Frank caòticamente y yo haciendo ritmos con los pies... conocimos a mucha gente, bebì anìs con un canadiense encantador, charlè con una parisina, bailè con un chico de 19 anhos y entrè en un banho gigante y blanco. El camino a casa fuè bonito... me reì sola varias veces no me acuerdo de què... Frank se comiò un kebap.